viernes, 22 de junio de 2012

Panacea



Bebiendo el amargo licor del desengaño
me embriago en la frialdad de tus
respuestas,
y recuerdo tu afable displicencia. 

Transmuto como alquimista tu apariencia
y empiezo a despertar de mi letargo,
a desintoxicarme de tus labios,
de tu cuerpo,
de tu garbo.

Hoy te veo a través de las cenizas,
dentro del fuego que extingue tu presencia,
entre el humo que consume tu malicia
y la ascua  que vive entre tus piernas…


 Por Gil Meza.