Son las fronteras de tu piel las que me hacen besarte, y es gracias a ti
que entiendo, que besar esto tuyo o esto otro que es más lejano pero sigue
siendo tuyo, sigue llamándose aún
besarte.
Porque el beso es la forma material de expresión del corazón y lo seguirá
siendo, maldito quién diga, yo no soy material desecha su cuerpo, lo abandona y
lo priva.
Pero además, el corazón tiene formas más misteriosas, diría yo monstruosas
(lo cual no quita lo lindo al acto), con monstruosas me refiero a esas
difamaciones del carpo y ese amor falanginoso que propone, cada uno tiene su
razón de ser y aunque trabajen en equipo
el objetivo individual es omnipotente, basta más que otra mano igual para dar
calor amor, o lo que sea que se esté transmitiendo son las manos el mejor
tratado de libre comercio, no más.
Es la distancia esa interfaz que más que separar une, cuando dos seres
toman rumbos diferentes es el aire o esa sustancia la que se magnifica,
aprender a hablar al aire es la telequinesis.
Últimamente se confunde al alma como un medio de comunicación, si bien
parte del alma es la forma de comunicarse con uno mismo con otros seres,
animales, plantas, vegetales, fantasmas etc. El alma es indescriptible y toda
palabra que uno pueda referir es vana.
Salgo como niño, rápido y fugaz, elevo el sonido de mi motor, esquivo
banquetas, autos estacionados, y flores que se interponen; corro y vuelo. Llevo
conmigo una gran sonrísa. Sé dónde vives.
La muerte: ya viene el mejor beso que nos hemos de dar.
Es una maravilla poder ser vagabundo y niño en la realidad de tu cuerpo,
donde me pierdo sin llegar a ningún lado,
donde vivo mi limosna favorita, donde juego mi mejor juego.
Un pinche abrazo
apasionado donde ninguno vea lo que hace, donde la fuerza y el enlace de los
brazos sea el mejor nudo ciego con olor a amor, con olor a vida.
Te tengo amor,
porque soy yo cuando eres tú y eres tú cuando soy yo, y el amor contenido en
exageradas cantidades es también forzar las cosas, wu wei. (Preludio de un amor
atómico)
Besarte es no
limitarme sólo a tus labios…