viernes, 6 de enero de 2012

Ciertos días

Ciertos días, disfruto solo observarle, enserio me es realmente grato. He recorrido con mi mirada cada parte de su cuerpo en incontables ocasiones, tanto como para que sonara exagerado algún numero, y lo he grabado en mi mente, cual canción que de repente escuchas un día cualquiera, años después de su “boom” y sabes completa la letra; mentiría si dijera que no lo he imaginado desnudo o con poca ropa, moldeando lo que puedo ver y lo que está oculto, en una sola imagen y hasta he soñado con él.
En otras ocasiones, tengo la necesidad de tocarle, de que alguna parte de mi cuerpo este en fricción con el suyo y en el mejor de los casos, consigo abrazarle, tal vez tomarle de la mano y en otras acariciarle; nuevamente mentiría si le pusiera algún tipo de cifra a los eventos antes descritos, suelen ser momentos en los que el tiempo pierde relevancia, sean horas o minutos consumen su existencia de una manera en que valieron la pena en lo absoluto.
También hay algunos días en los que realmente me agobia su imagen en la cabeza, quisiera salir corriendo, asesinarle en el mejor de los casos, hacerlo con sumo cuidado esperando que no tenga dolor, y escaparme de su prisión; en los mas desesperantes, quisiera hacerlo lentamente, arrancarle la ropa y saciarme de una manera desenfrenada y con lujo de violencia, para después sentir que le he devuelto parte del tormento que causa con su juego solitario y con esta indiferencia que me tiene asqueado y a la vez sumamente intrigado .
Pero no, no debe preocuparle en lo absoluto, que se quede tranquila, ya que son solo ciertos días en los que me invade este pensamiento, en los demás solamente sigo el guión universal que debe tomar cualquiera, cualquiera que se hace llamar un buen amigo.

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