martes, 27 de marzo de 2012

La sombrilla que cruzó la calle

Aire, un domingo, aquella tarde en la colonia Chapalita transcurría suave, el sol iluminaba un montón de nubes aglutinadas a punto de llover. El horizonte al poniente de la ciudad de Guadalajara festejaba la entrada de la primavera con una lluvia extraordinaria. Comenzó arrastrando la hojarasca por avenida Guadalupe, el clima barre las calles para caminar sin dejar huella, luego los árboles soltaban las hojas que no tienen fuerza para seguir sujetas al tronco, el tono en el color del cielo cambió de azul intenso al gris de un día sincero. Aquella lluvia se aproximaba.

Yo estaba en la terraza de un restaurante, observando los vasos y blondas, el líquido antes de terminarse debe ser cambiado, ¿por respeto o por calidad de servicio? Camino alrededor de cada mesa ocupada, dejando fluir las palabras de los comensales. Luego un ligero descanso con vista a la avenida con camellón, dos sentidos y mucha tranquilidad.

Se siente en la piel el silbido del aire antes de llegar al oído, el instante de supervivencia, estaba claro que no era catástrofe, fue un malentendido de la naturaleza. Qué lástima que no vimos juntos cuando de repente un aire arreció, unos cerraron los ojos para evitar la tierra, otros se agacharon para cubrir los papeles importantes como el dinero o el ticket para la factura. Volteé hacía la glorieta y a una cuadra de distancia una sombrilla despegó del suelo, voló pocos segundos en el aire y aterrizó, esa fue la hazaña del paraguas, dejar sin sombra por un instante a la agonía.

Nada se detiene, las calles quedaron limpias y con gusto terminé de enrollar el plástico protector de las gotas que sentimos caer. Otro día inesperado y pum! Sabes que estás vivo.

viernes, 16 de marzo de 2012

Blasfemía


But beautiful

Mi linda blasfemia, contigo me limitaré al amor, si viene la felicidad insospechada bienvenida será sino no hará falta, es como extrañar a alguien que siempre falta.

Es tu cuerpo la invitación ideal del pecado, cuando tu alma se hace presente no existe diablo o divinidad para describir, una sonrísa es mi mejor invitación.

Por que seguir la regla general sería mentirte y aunque “mentir” es solo una forma de ver las cosas quisiera que recibieras mi ser sin intermitencias y en constante pureza siempre nuevo.

Lo nuevo, a veces pareciera tan fácil de seducir, lo difícil es no poder ver, o ver a ojos cerrados.

Tu escueto esqueleto cubierto de tu escueta piel y unos labios que hacen mandarlo todo al diablo.

Ésta  terquedad de tu piel  gritándole (humildemente) a mis manos y nosotros manteniéndolos alejados, No es difícil vivir en paz.

Una sonrísa y tomar la vida como juego.