Hay que zurcirse los párpados
Engraparse los labios
Colocar una gran bola de migajón en cada oído
Cubrir las fosas nasales con una fina malla que limite la respiración
Cargar una silla hasta el centro de un cuarto pequeño, vacío y oscuro
Sentarse con la columna derecha y correctamente
Amarrar los pies junto a las patas
Esposar las manos en los descansos
Encadenar el pecho al respaldo
Tomar impulso
Dejarse caer de espaldas
Y comenzar a pensar en todas las noches
que nos fuimos a dormir con rabia
Para poder entender
A la pobre cucaracha boca arriba
Que no puede caminar.
(Qué risa, Brocha)
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