miércoles, 30 de noviembre de 2011

Koan

¿No es verdaderamente fantástico que al despertar algo nuevo espera a por ti? Es cuando te das cuenta que una gloria existe y un paraíso perdido está perdido por no decir escondido en el mundo “real” que a veces no es un lugar, pero se transfigura en una persona otras veces metamorfea en una canción o una acción que es el abrir los ojos y seguir aquí, para algunos esto puede ser bueno para otros malo. Si de algo estoy convencido es que en su mayoría todo puede ser traducido en dinero pero el dinero no puede ser traducido más que a dinero ¿Quién da un dólar por nuestro parpadeo? O ¿Quién se atreve simplemente a gastar un centavo por un silbido? ¿Es quizá esto el génesis del capitalismo?

“Este año me regalé una imagen de buda y me permití ser feliz” eso simplemente, mañana quizá me permitiré morirme y ya, sin más, yo seré testigo de lo que pase y no sé si podré contarles a lo mejor ya lo saben solo necesitan un refrescadita mortal. “y me deje fluir” vastedad energética.

¿Y cómo es eso eh? Pues predisponerse a la felicidad o a eso que cada quién entiende por felicidad, a veces felicidad no significa una sonrisa o una cartera llena sino puede incluso el llegar a no ser o el no nada, una pachita de ginebra o una bendición del curandero urbano que duerme en el barrio, una miradita de perro o el desprecio de una mujer.

Es un detallito una cosmogonía si uno se pone a descifrar todo lo que oculta, opone, superpone y hasta a veces no es más que necesario la mirada rápida, nos preguntamos tanto para no ver lo que simplemente está ahí. Aquí estoy escribiendo sin más. Siempre sin más que lo que es.

La amistad es un acto de buena fe y es tan ciega y tan clarividente.

Déjate fluir.

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